sábado, 31 de mayo de 2008

Utopía (Parte Tercera)

No recomiendo la combinación de dos extremos. Dieciséis años de tristeza mezclados con meses de felicidad solo nos traen una hipersensibilidad difícil de controlar. Hoy en día sé que la puedo controlar, pero quienes me conocen saben que he llorado fácilmente durante horas y horas sin parar. Algunos la recomendarán porque gracias a tantas caídas es que hoy uno puede controlarse a sí mismo y sabe como enfrentarse a  ciertas situaciones o esteriotipo de personas, esto si dejamos de lado que cada persona es única y al igual que cada pincelada de la pintura; pero igualmente es la base de nuestra receta, las teorías son modificables. Lo que no es y nunca pudo ser felizmente queda en algo más que un recuerdo; pero no me arrepiento de nada de lo que viví, sin ello no sería quien soy hoy y no sabría lo hoy sé. Las personas y las marcas quedan tatuadas en la piel por siempre. Solo las recordamos cuando las vemos o vienen a nuestras mentes.

Únicamente necesito aprender a disfrutar para eliminar mi imposibilidad de disfrutar la existencia de los grises, y para eso necesito empezar por hacer solo cosas que me generen placer, y descubrir qué es eso. Pero si hay algo que me genere tal placer es ser quién soy así que es hora de que les cuente.

Mi nombre es Maximiliano, de nacionalidad argentina, nací el 8 de marzo de 1991, por consiguiente estoy viviendo mi año 18 con tan solo 17 años. Es aquí cuando empiezan los datos menores que simplemente generan en este mundo la separación entre las personas que simplemente son distintas por naturaleza, y donde comienzan a remarcarse dichas diferencias sin sentido alguno más que la necesidad de demostrar que existe siempre alguien socialmente definido como superior o inferior a uno. Soy de religión judía. Mi infancia es una etapa breve simplemente, fue quemada, y solo traje de ella algunas personas que más tarde harían que hoy este aquí en este estado. Mi adolescencia ha comenzado ya hace un tiempo y ha generado uno de los cambios más grades en mi vida, simplemente por el hecho de haber asumido mi homosexualidad. Y sí por cierto no está de menos aclararlo, lo asumí no lo elegí. ¿A quién se le ocurriría elegir una orientación sexual condenada, aunque cada vez en menor cantidad, por la sociedad, y un término más que permita generar la diferencia entre las personas? No soy una persona orgullosa. Solo soy una persona, y por no decir menos, una persona feliz. Estoy enamorado perdidamente del arte, y gracias a mí de la vida (aquí no hay más dios que cada uno de nosotros).

Hoy soy feliz por tener una familia que me ama por todo lo que soy, que tiene y tuvo errores al igual que yo. Hoy soy feliz por tener amigos (aunque suene simple no lo es para mi). Hoy soy feliz por tener amigas. Hoy soy feliz por ser soltero (y solo por HOY). Hoy soy feliz porque logré conocer un país más allá del propio. Hoy soy feliz por que tengo todo lo que tengo (por no aburrirlos con enumeraciones). Hoy soy feliz por pertenecer a este mundo y a esta vida que no es igual a la de nadie. Esta es mi vida, y yo la trazo. Esta es mi vida, y la estoy transitando. Esta es mi vida, y yo la cuido. Esta es mi vida, y yo la amo.

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